El sistema de complemento, tiene 3 vías de activación: clásica, de las lectinas y alternativa. Su función es destruir los tejidos en los que asientan, mediante la lisis directa, la facilitación de la fagocitosis por opsonización y la llamada de células inflamatorias al foco de infección (anafilotoxinas).
El sistema del complemento se activa con la presencia de patógenos pero puede ser peligroso porque podría destruir células y sistemas del propio organismo. Por ello, es necesario una regulación precisa, a través de moléculas de membrana y moléculas solubles, que bloquean o impiden su funcionamiento.
Esta regulación se ha conocido mejor en los últimos años y su conocimiento es muy importante ya que explica algunas inmunodeficiencias en las que faltan algunas de las moléculas reguladoras, de modo que el complemento permanece activo constantemente y se genera la destrucción tisular.
En la imagen siguiente vemos esquematizada la activación del sistema de complemento por las tres vías:
La capacidad destructiva del sistema del complemento es regulada para evitar la activación espontánea y la lesión tisular. Además de su inestabilidad relativa (vida media corta), los mamíferos tienen proteínas reguladoras solubles o de membrana que inactivan o destruyen los componentes del complemento.

Vía clásica y lectinas
La vía clásica es de la inmunidad adaptativa. Se activa por la presencia de anticuerpos específicos que se adhieren a un patógeno. El antígeno es reconocido por el factor C1, que desencadena todo el proceso.
La vía de las lectinas es de la inmunidad innata. Se activa en presencia de determinadas estructuras en la superficie de patógenos, que es reconocido por la LBP o por las ficolinas.
La vía alternativa pertenece a la inmunidad innata, no requiere Ac. Solo con la presencia de las proteínas de los patógenos (lipopolisacárido…) se activa el complemento. Se activa el factor C3 y después desencadenan el resto de factores.
Estas tres vías convergen en una etapa común, la formación de la convertasa de C3 (mecanismo amplificador). A partir de ella se forman los demás factores, convertasa de C5, C5, C6, C7, C8, y poliC9, que darán lugar a la formación del MAC que destruye el patógeno (en caso de que el MAC se activara en otras situaciones, se destruiría la célula huésped).
Moléculas reguladoras
Hay una serie de moléculas reguladoras que actúan en tres puntos diferentes:
- Antes de la formación de la convertasa de C3: impiden la formación de la convertasa.
- Destrucción de la convertasa de C3: una vez que se ha formado.
- Evitar la formación del MAC o impedir que éste se fije a la membrana de las células.
Hay que tener en cuenta que las moléculas del complemento son muy inestables (vida media corta) por lo que tenemos que controlar de forma muy intensa la regulación del complemento.
En condiciones normales existen unas moléculas, los receptores del complemento, que se expresan en la membrana de las células del sistema inmune y tienen una labor de limpieza, (de aclaramiento de todos los materiales).
Por otro lado, las moléculas de regulación, evitan que el complemento se active próximo o que ataque a una célula del propio organismo. Hay una excepción, la molécula CR1 (CD35), que tiene las dos funciones.
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