Vamos a ver en profundidad 2 de las funciones efectoras de los anticuerpos que vimos en la clase anterior:
Opsonización
La unión del anticuerpo, mediante el fragmento Fab, a las superficies virales o bacterianas (Ag específicos) produce un cambio conformacional en la porción Fc. Las células fagocíticas tienen receptores para Fc que se unen a esta porción facilitando la fagocitosis de los microorganismos recubiertos de anticuerpo.
Por otro lado, la unión del anticuerpo a la superficie microbiana activa al complemento: algunos fragmentos (C3b, C4b) recubren ahora la superficie del patógeno y promueven la fagocitosis mediante receptores específicos (CRs) en células de la inmunidad innata.

Citotoxicidad celular dependiente de anticuerpo
Puede estar mediada por varios tipos celulares, todos ellos reconocen la presencia de la porción Fc de los anticuerpos en la superficie de las células diana (eosinófilos, neutrófilos, linfocitos NK, macrófagos).
El mecanismo por el que se ponen en marcha es similar y el receptor es común, pero cada una ejerce su función de manera diferente: destrucción de la célula diana liberando enzimas líticos y en algunas ocasiones TNF-α.
- En el caso de los eosinófilos: su activación supone la liberación de perforinas y enzimas líticos. Implicados en respuestas frente a parásitos. Liberan todo el contenido de los gránulos al exterior.
- Los neutrófilos liberan enzimas líticas, contenidas en sus gránulos intracelulares.
- Las células NK liberan perforinas, granzimas y citoquinas (TNFα) que provocan la destrucción del patógeno o funcionan como factores quimiotácticos.
- Los macrófagos liberan también TNFα y enzimas líticos pero no libera granzimas.

La célula no reconoce específicamente al antígeno, sino que reconocen la porción Fc del Ac. Es un mecanismo inespecífico aunque utilice las mismas herramientas de los linfocitos CD8.
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