Especificidad
Las respuestas inmunitarias son específicas para cada uno de los antígenos y, en realidad, para cada una de las distintas regiones de una proteína compleja, polisacárido o macromolécula. Así, por ejemplo, se genera una respuesta específica para el antígeno hemaglutinina del Influenzavirus A (virus de la gripe A), distinta de la que se genera frente cualquier otro antígeno del virus.
Diversidad
Las respuestas inmunitarias son diversas, puesto que cada antígeno es reconocido específicamente por un clon de linfocitos. La diversidad de la respuesta inmunitaria confiere al organismo una gran capacidad de respuesta frente a los patógenos. Se calcula que el sistema inmunitario tiene un repertorio linfocitario capaz de discriminar entre 1011 determinantes antigénicos distintos.
Memoria
La memoria inmunológica se basa en el hecho de que la exposición a un patógeno extraño (respuesta primaria) aumenta la capacidad de del sistema inmunitario para generar una respuesta (respuesta secundaria) más rápida, eficaz y cualitativamente diferente.
Especialización
El sistema inmunitario genera respuestas especializadas frente a cada tipo de patógeno invasor, alcanzando así una eficacia óptima de la respuesta. De esta forma, por ejemplo, el organismo utiliza unos mecanismos especializados para eliminar un virus, diferentes de los que utiliza para eliminar un parásito, una bacteria o un hongo.
Autolimitación
Tras la exposición a un patógeno, el sistema inmunitario establece una respuesta inmunitaria. La autolimitación de la respuesta inmunitaria permite consiste en el retorno a la homeostasis o niveles basales normales tras eliminar al patógeno, permitiendo que el sistema inmunitario no esté activado de forma continua.
No autorreactividad o tolerancia
El sistema inmunitario se caracteriza por la no autorreactividad o tolerancia en su respuesta, que consiste en no reaccionar frente a los antígenos del propio organismo. La tolerancia se mantiene mediante diferentes mecanismos, entre los que destaca la eliminación de los linfocitos que expresan receptores específicos para antígenos propios (linfocitos autorreactivos). Los defectos en los mecanismos que mantienen la tolerancia originan enfermedades autoinmunes.

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