Respuesta primaria: producción de anticuerpos de tipo IgM por la célula virgen. Además, tienen en superficie receptores de tipo II para el fragmento Fc de la IgG (FcγRII). Este receptor es inhibidor.
Estos linfocitos van a los ganglios linfáticos y pasan a los centros germinales, donde sufren cambios de isotipo e hipermutación somática. Hemos creado memoria ante ese patógeno.
En la respuesta secundaria, los anticuerpos preformados en la respuesta primaria inhiben la diferenciación de linfocitos B vírgenes por una doble señal vía receptores BcR y FcγRII. Es decir, la célula virgen tiene el receptor para el antígeno (BcR) y el receptor FcγRII (inhibidor). De modo que se produce un reconocimiento IgM-FcγRII y se bloquea la célula, por una interacción cruzada entre la señal activadora por IgM y la señal inhibidora por FcγRII.
Sin embargo, estos anticuerpos activan a los linfocitos B de memoria (que han sufrido hipermutación somática, maduración de afinidad y cambio de isotipo).
Así, el sistema inmunitario favorece que siempre que haya una reinfección se activen primero las células de memoria y no las células vírgenes, para que la respuesta sea más eficaz pues las células de memoria liberan anticuerpos más eficaces.

Esto tiene consecuencias positivas y negativas:
- En niños recién nacidos, si se les pone una vacuna, no va a ser eficaz, no va a tener ninguna consecuencia. Esto es porque durante el embarazo, el niño recibe anticuerpos de la madre pero no activan su sistema inmunitario (inmunidad pasiva natural). Los linfocitos B de los niños son vírgenes, pero tienen IgG de la madre en suero, por lo que no va a ser útil la administración de vacunas, pues no van a estimular el sistema inmunitario. En caso de que sea necesario, se administran inmunoglobulinas específicas (defensas pasivas).
- Es el “pecado original antigénico”: se activan las células tras un primer contacto y esas células memoria van a intentar ponerse en marcha siempre a no ser que cambie el antígeno, que daría lugar a una respuesta por primera vez.
También tiene beneficios:
- La anemia hemolítica del recién nacido se puede evitar si se administran en los embarazos anticuerpos antiRh (es decir un suero), para evitar que se activen los linfocitos vírgenes. Si la madre es Rh- y el padre Rh+, se inyectan estos anticuerpos, evitando que las células vírgenes se activen contra el Rh del padre.
Cuando se entra en contacto con un patógeno por primera vez, a lo largo de la vida se potencian siempre las respuestas secundarias de las células de memoria generadas en el primer contacto.

Los linfocitos B de memoria en la respuesta secundaria ya no presentan anticuerpos IgM.
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