Aquí tienes el temario explicado en el vídeo anterior. Si tienes alguna duda plantéala en el sistema de comentarios del final de la página.
Linfocitos B-1 y B-2
Todo lo que hemos comentado en este capítulo hasta el momento, hace referencia a una subpoblación de linfocitos B mayoritaria, son las denominadas células B-2. Pero hay otra población minoritaria, menos evolucionada que se diferencia antes (en el feto) y que se denominan células B-1(Figura 8.19). Estas células se distinguen por expresar en su superficie el antígeno CD5 (las B-2 no lo expresan) y se han implicado en algunas enfermedades autoinmunes. Son células más primitivas, aparecen antes en el desarrollo, carecen de algunas enzimas importantes, y se han equiparado a las células T-γδ. Tienen una especificidad menor (Figura 8.20), carecen de la actividad enzimática TdT, no sufren hipermutación somática y apenas cambio de isotipo (producen IgM mayoritariamente), pero producen más cantidad de anticuerpos que las células convencionales B-2.

(Reproducido de Murphy K., Travers P. & Walport M. (2008) Janeway’s Immunobiology (7th Ed.) Garland Science, Nueva York.)

(Reproducido de Murphy K., Travers P. & Walport M. (2008) Janeway’s Immunobiology (7th Ed.) Garland Science, Nueva York.)
Eliminación de clones autorreactivos
Podría darse que la eliminación de linfocitos B por diferentes motivos. Así, en la médula ósea en la fase B-inmadura, si los linfocitos B que expresan IgM reconocen autoantígenos (Figura 8.21) en las células del estroma de la médula ósea: al no recibir señales de cooperación por parte de una célula T, entran en apoptosis y mueren (delección clonal).
Alternativamente, si la IgM de las células B inmaduras reconoce sustancias propias en solución, como la albúmina: dicha célula cambia su isotipo a IgD y se vuelve anérgica (inútil, no se podrá activar nunca). Así que las células B inmaduras cuya IgM no reconozca nada propio en la médula, sufrirán la última etapa de diferenciación, co-expresarán IgM e IgD (B-maduras) y migrarán a la periferia.
Pero en la médula ósea no están representados todas las proteínas de nuestro organismo (potenciales autoantígenos). Si los linfocitos B maduros se encuentran que al entrar en algún tejido (sangre entre ellos) su inmunoglobulina de superficie es específica para proteínas propias: si el autoantígeno es de superficie, en ausencia de cooperación, entrarán en apoptosis y morirán. Si el autoantígeno es soluble, en ausencia de cooperación, dejan de expresar IgM, expresan sólo IgD y por lo tanto entran en anergia.

(Reproducido de Regueiro J.R., López C., González S. & Martínez E. (2011) Inmunología. Biología y Patología del Sistema Inmune. (4ª Ed.) Editorial Médica Panamericana, Madrid.)
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