Es el proceso de formación de los huesos y puede ser de dos tipos:
- Directa o membranosa: como por ejemplo la bóveda craneal, mandíbula, clavícula.
- Indirecta o condral: la mayoría de los huesos.
Algunos huesos requieren ambos procesos, por lo que se les considera de osificación mixta, tal es el caso del occipital y el temporal, cuyas escamas son de osificación intramembranosa, mientras que el resto es endocondral. Otro de los huesos que presenta osificación mixta es la mandíbula, ya que la mayor parte es de tipo intramembranosa, pero la sínfisis y los cóndilos son de osificación endocondral.
El crecimiento en longitud se produce a partir de la placa epifisaria o metáfisis y el crecimiento en grosor se produce a partir del depósito subperiosteal.
Un hueso se está continuamente destruyendo (osteoclastos) y formando. Y la posición y disposición de las trabéculas cambia continuamente según las condiciones (distribución de pesos…). También se modifica la cortical ósea.
Los factores que influyen en la formación de los huesos son genéticos, hormonales, ambientales, el ejercicio (el ejercicio intenso acelera la osteogénesis, pero la época de crecimiento finaliza antes).
Núcleos de Osificación
- 3º mes de vida intrauterina: aparecen los núcleos de osificación primarios en el esqueleto axial y en las diáfisis de los huesos largos.
- En el recién nacido: durante el primer año aparecen los núcleos de osificación secundarios en las epífisis fértiles (son las primera epífisis en aparecer y las últimas en cerrarse y son las próximas a las rodillas y las alejadas del codo) y los núcleos primarios en los huesos grandes del tarso y carpo: ganchoso (carpo) y astrágalo y calcáneo (tarso).
- Infancia: aparecen las otras epífisis, y el carpo y el tarso.
- Adolescencia y juventud: aparecen los núcleos terciarios (accidentes óseos menores).
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