Inervación Aparato Genital Masculino

Inervación vegetativa del testículo y epidídimo

La inervación simpática llega desde los nn. esplácnicos torácicos menor e inferior hasta los ganglios renales, donde se produce la sinapsis con la 2ª neurona. Los axones postganglionares forman el plexo testicular en torno a la arteria homónima, para llegar al testículo.

El complejo testículo-epidídimo no recibe inervación parasimpática.

Inervación vegetativa de las glándulas genitales accesorias y conducto deferente

La próstata, las vesículas seminales, las glándulas bulbouretrales y el conducto deferente reciben inervación simpática de fibras de los nn. esplácnicos lumbares y sacros que llegan hasta los plexos hipogástricos inferiores, donde sinaptan. Los axones de las neuronas postganglionares forman el plexo prostático, que inerva estas glándulas.

La estimulación simpática produce un aumento de la secreción glandular y la contracción de la vesícula seminal y el conducto deferente para la eyaculación.

Inervación vegetativa del pene

La vía simpática para el pene es similar a la descrita en el apartado anterior.

La inervación parasimpática procede de los nn. esplácnicos pélvicos, cuyas fibras pasan por los plexos hipogástricos inferiores. De estos plexos salen los nn. cavernosos del pene, que llevan fibras vegetativas de ambos tipos hasta los cuerpos eréctiles.

La estimulación parasimpática causa una vasodilatación de las arterias helicinas de los cuerpos eréctiles, que se llenan de sangre y producen la erección; además, los shunts arteriovenosos entre las aa. y vv. helicinas se cierran para mantenerla. La contracción de los mm. isquiocavernosos y bulboesponjoso comprimen la raíz del pene para impedir el retorno venoso y mantener la erección.

La estimulación simpática contrae el músculo liso del conducto deferente, próstata, vesículas seminales y glándulas bulbouretrales para producir la eyaculación; ésta se acompaña de espasmos clónicos de los mm. isquiocavernosos y bulboesponjoso para expulsar el semen desde la uretra esponjosa.

Por lo tanto, la lesión simpática en el aparato genital masculino provocará la abolición de la eyaculación (“impotentia generandi” o impotencia para expulsar el esperma), mientras que la lesión del parasimpático causará la dificultad o incapacidad de erección (“impotentia coeundi” o impotencia para el coito).

Inervación sensitiva del aparato genital masculino

Las aferencias viscerales siguen un camino similar al descrito para los órganos urinarios. La sensibilidad del testículo llega al segmento T10 de la médula espinal a través de los nn. esplácnicos torácicos, mientras que la de las vísceras pélvicas lo hace a S2-S4 a través de los nn. esplácnicos pélvicos.

Las aferencias somáticas de los genitales externos (pene y envolturas testiculares) son recogidas por:

• Las ramas genitales de los nn. ilioinguinal y génito-femoral (del plexo lumbar), que inervan sensitivamente la piel de la parte más anterior del escroto.
• El n. pudendo (del plexo sacro), el más importante, que veremos a continuación.

Nervio pudendo

Es el ramo terminal del plexo pudendo, formado por el ramo anterior de S4 y ramos comunicantes de S2 y S3. Desde su origen, el nervio sale de la pelvis por la hendidura infrapiriforme, rodea la espina isquiática y entra en la fosa isquioanal siguiendo a los vasos pudendos internos (v. anteriormente). Dentro de esta fosa, el nervio se divide en sus dos ramas terminales:

• N. perineal: llega al borde posterior del m. transverso profundo del periné. Da ramos escrotales posteriores y un ramo perineal superficial (sensitivos) para el escroto y cara inferior del pene, y un ramo perineal profundo (motor) para los músculos del periné, isquiocavernosos y bulboesponjoso.
• N. dorsal del pene: acompaña a los vasos pudendos internos, pasando por debajo de la sínfisis púbica para alcanzar la cara dorsal del pene hasta el glande. Es el responsable de la sensibilidad del órgano.